Había una vez una chica que se llamaba Peluda. Ella tenía un problema, era muy distinta a los demás. Tenía los ojos distintos, uno era muy peludo y el otro celeste. En la escuela no tenía ni una amiga, entonces en los recreos jugaba sola. Ella tenía pelo corto. Un día vió una chica que tenía un ojo peludo como el de ella. Peluda la vió llorando y le pre
guntó que le pasaba. “Es que soy muy distinta a los demás y nadie quiere jugar conmigo”, respondió. “A mi me pasa lo mismo. Me llamo Peluda”. “Ojulda” le dijo ella. Peluda le ofreció jugar con ella y Ojulda aceptó. Entonces jugaron a la pelota, jugaron toda la tarde hasta que se hizo de noche. Se despidieron y se prometieron que se iban a volver a ver. Se fue cada una a su casa y todos los días después de la escuela van a la plaza a jugar y la pasan muy bien. Fin
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